La empresa inmobiliaria Las Salinas, que busca instalar un mega proyecto en los terrenos de las petroleras viñamarinas, desistió de la declaración de impacto ambiental por el traslado de arenas y residuos a San Felipe y San Pedro, en Quillota.

Sin especificar los motivos, el proyecto se cae por segunda vez, dado que el año pasado también había sido presentado y luego retirado. Los documentos para desistir de la implementación de centros de acopio en las comunas del interior, fue presentado ante el Servicio de Evaluación Ambiental, lo que significa que este proyecto así cómo está, no sigue.

«El hecho de que la inmobiliaria haya desistido de trasladar los residuos contaminantes a nuestras comunas del interior, no necesariamente significa que se cancela de forma definitiva. Podrían reformular y solicitar, por ejemplo, depositar las arenas fuera de la región o en otros puntos, por lo que es necesario estar muy atentos», explicó la abogada medioambiental Camila Flores Oporto.

La candidata a diputada por la Quinta Cordillera sostuvo que se presentaron los desistimientos para San Felipe y Quillota, donde se han organizado con la comunidad a través de diversas reuniones para oponerse firmemente a ser lo que ellos denominan el basurero de la costa y a poner en riesgo la salud y el medio ambiente.

En San Felipe celebraron la noticia. «Esto es un trabajo en equipo que durante largo tiempo la Fundación Mi Patrimonio, los dirigentes vecinales del sector de Algarrobal, y la Hacienda de Quilpué hemos luchado en aras de una mejor calidad de vida para todo el Valle de Aconcagua. Se ha ganado una gran batalla», dijo el Consejero Regional por San Felipe, Iván Reyes.

«El desistimiento de la solicitud de declaración de impacto ambiental no merma el interés inmobiliario por el paño Las Salinas, proyecto sumamente atractivo económicamente para las empresas involucradas, por lo que hay que advertir que es altamente probable que reaparezca esta misma iniciativa con algunos ajustes, justamente sobre los destinos de los 7 metros de profundidad de arenas contaminadas correspondientes a 17 hectáreas de terreno», sostiene Camila Flores.